Perú: La guerra por el agua en Lima

Las intensas lluvias provocaron aludes que dejaron a la capital peruana sin este recurso hídrico, poniendo de manifiesto las debilidades que enfrenta Lima en este sentido

La situación es crítica: hasta anoche el Presidente Pedro Pablo Kuczynski no tenía agua en su casa. Tampoco había en el Palacio Pizarro ni en el Congreso. La crisis por este recurso, provocado por los deslizamientos de lodo e inundaciones de los últimos días, no sólo han golpeado a los sectores más pobres de Lima, sino que parte importante de la capital peruana se ha visto afectada. Porque Lima, la segunda ciudad más grande ubicada en un desierto después de El Cairo, al igual que otras localidades de la costa, la sierra y la selva peruana sufren los embates de la lluvia. Esto se debe a que, según explica la agencia EFE, el país ha tenido un verano inusualmente caluroso, lo que elevó varios grados la temperatura de la superficie del agua del litoral, activando el fenómeno conocido como El Niño Costero, que ha provocado lluvias torrenciales.
 
Estas precipitaciones han dejado pueblos y ciudades anegados, ríos desbordados y deslizamientos de tierra, conocidos en Perú con el término quechua de “huaicos” y que han sido los responsables de destruir carreteras y puentes, hundir viviendas y arrastrar vehículos. Desde diciembre, cuando comenzó a darse este fenómeno, han fallecido 75 personas, se han registrado al menos 264 heridos, 20 desaparecidos, 100.000 damnificados, mientras que 630.000 personas han sufrido inundaciones o pérdidas materiales de algún tipo. Para peor, se anunció un nuevo frente de lluvia para los próximos días.
En Lima, los “huaicos” también afectaron la Carretera Central, la única vía asfaltada que une la capital con el centro del país, lo que ha dificultado el suministro de alimentos y el envío de ayuda. En total, se registran 159 puentes destruidos.
Las intensas lluvias obligaron a cortar durante tres días el agua potable a prácticamente toda Lima, donde viven unos nueve millones de personas, ya que el lodo y la basura arrastrada por los torrentes impedían procesarla y potabilizarla.
Los cortes de agua provocaron que cientos de limeños se agolparan en los supermercados, especialmente el fin de semana, para comprar agua embotellada y también se dirigieran hasta los centros de acopio.
Esto volvió a poner en el debate el estado de este preciado recurso en la capital peruana. “Lima es una ciudad que históricamente no ha tenido eficientes condiciones sanitarias. Todo comenzó a complicarse en 1991 con la epidemia de cólera. En ese momento, se inició una campaña para hervir el agua y quedó una conciencia mayor del cuidado al momento de tomar este recurso. Usualmente no hay tantas dificultades con el agua, aunque los limeños suelen hervir este recurso o los sectores más acomodados optan por el consumo de bidones.
“En las últimas décadas no se había registrado gran escasez de agua, pero siempre hay el riesgo a futuro, porque se considera que la demanda de agua va a subir”, explicó a La Tercera, el analista Luis Benavente.
La capital peruana tiene un cierto recelo con el agua potable que se consume en la ciudad, debido a que el río Rímac, principal fuente de abastecimiento para Lima y Callao, posee un alto grado de contaminación. “Nuestros costos de mantenimiento se han incrementado porque cada día el agua llega más contaminada”, señaló el año pasado al diario El Comercio, Yolanda Andía, gerenta de producción de la empresa de suministro Sedapal. En Lima el 8% de la población no tiene acceso al agua potable,
Según el informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) elaborado en 2015, la presencia promedio de plomo en el agua del río Rímac aumentó en 41,7% en septiembre del 2015, respecto al mismo mes del año anterior. En cuanto a la concentración máxima, esta alcanzó los 12 mg/l, más del doble de lo permitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) (0,05 mg/l) y superior en 200% en comparación con la medición anterior. Además, señala el reporte, la concentración máxima de materia orgánica creció en 27,8%.
La empresa ha asegurado que pese a la contaminación, el agua sale de la planta de tratamiento lista para el consumo. Sin embargo, el diario El Comercio señala que sólo hasta el medidor se puede asegurar la potabilidad del agua.
Así, la calidad puede cambiar debido al estado de las cañerías y las cisternas de almacenamiento de cada vivienda. El doctor Sergio Wong, director Ejecutivo de Salud Ambiental de la Dirección de Salud II Lima Sur, ha dicho que es riesgoso tomar agua sin hervir.
Según el diario Perú.21 Lima Norte, los balnearios del sur y Chancay son los más afectados históricamente en la capital. Esto se debería a la mala infraestructura de distribución, que se encuentra deteriorada y ocasiona que las pérdidas de agua en algunos sectores supere el 50%.

Fuente: La Tercera

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