España: Partidos y ecologistas reclaman que se detenga la "constante matanza de lobos"

Organizaciones defensoras de los derechos de los animales convocaron para el domingo una manifestación para reivindicar la necesidad de proteger el lobo ibérico, con riesgo de extinción.

Alejandro Tena


“Detener la constante matanza de lobos”. Esto es lo que reclaman asociaciones ecologistas como Lobo Marley, Equo, Ecologistas en Acción, WWF, European Greens y la Alianza Europea para la conservación del Lobo, que denuncian la situación crítica que vive el Lobo Ibérico y la falta de voluntad que la administración muestra para salvaguardar el futuro de una especie que ha sido declarada de interés comunitario por la Unión Europea. Por ello, han convocado este domingo la segunda manifestación por la protección del lobo en Madrid, que partirá a las 12 del mediodía desde la plaza de Atocha hasta Sol.
Las cifras que maneja el Ministerio de Agricultura hablan de un aumento del 20% de las manadas que habitan en España. Sin embargo, las asociaciones animalistas sospechan que las cifras son infladas desde la administración por las presiones que sufren desde ciertos entornos ganaderos.
Uno de los principales problemas, según Ecologistas en Acción, es la falta de un control profesionalizado a la hora de abordar los censos del Lobo, que lejos de basar sus datos en procesos científicos, están fundamentados en estimaciones difusas. Por ello, los defensores de los animales exigen un censo basado en trabajos de campo realizados por científicos y biólogos acreditados.
Según denuncian organizaciones ecologistas, la situación de la especie ya es irreversible en Extremadura donde parece haber desaparecido, al igual que en Andalucía donde ya es considerado como especie en peligro de extinción.
Una de las zonas donde el lobo vive su mayor riesgo está en la frontera con Portugal, país donde es considerado como especie protegida. Muchos de los lobos son asesinados al cruzar desde el país luso a España, tal y como denuncian las principales asociaciones ecologistas de España y Portugal.
Conflicto con los ganaderos
Los ganaderos ven en el lobo un enemigo por el peligro que supone para sus rebaños y granjas. En aquellos territorios donde hay lobos, las administraciones autonómicas indemnizan a los campesinos que pierden animales por el ataque de estos carnívoros.
Este sistema de compensación no satisface ni a ecologistas ni a ganaderos. Según Ecologistas en Acción, el dinero debe invertirse en crear infraestructuras y sistemas que aseguren el ganado y no en la reparación del daño. Argumentan que su causa no va contra los intereses de los granjeros, sino que buscan medidas preventivas que permitan la coexistencia del lobo y animales agropecuarios.
El origen de la estigmatización
Hasta inicios de los años 70 el lobo era considerado por las administraciones españolas como una plaga , algo que siempre ha sido vinculado a países sin industrializar y atrasados. Es por ello, que la caza fue justificada y aceptada por la población, tanto rural como urbana.
Los cambios económicos que España vivió durante los inicios de los años setena explican el aumento de asociaciones ecologistas que comenzaron a luchar por preservar la identidad y el futuro de esta especie que hoy sigue siendo perseguida.
Pese a la concienciación ciudadana en torno al problema del lobo, los casos de cacerías contra el lobo ibérico no dejan de aparecer en los medios. Asociaciones como Fapas denuncian la constante aparición de ejemplares asesinados en caminos rurales o, incluso, colgados de arboles y postes mostrando claras señales de ensañamiento.

Fuente: Publico.es - Imagenes: Ejemplar de lobo ibérico. EFE - Cartel Manifestación por la protección del lobo ibérico
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El lobo merece protección

Juantxo López de Uralde
Hace justo un año miles de personas salimos a la calle en defensa del lobo ibérico. Es un drama que en pleno siglo XXI haya que manifestarse para reclamar la protección de una especie amenazada, pero así estamos. Un año después de aquella manifestación en defensa del lobo ibérico, esta especie emblemática se sigue desangrando, y la necesidad de reclamar su protección es más urgente si cabe. Las fotos de lobos muertos colgados de señales de tráfico nos recuerdan cada cierto tiempo que el lobo sigue expuesto a poderosos y crueles enemigos; pero somos muchos más quienes queremos al lobo vivo.
Al igual que el lince, el oso o el águila imperial, el lobo tiene un papel clave en el ecosistema. La diferencia con las otras especies es que no está protegido. El lobo es el controlador natural de los herbívoros salvajes, y su presencia garantiza la salud de los ecosistemas, y por ello la Unión Europea lo ha declarado especie de interés comunitario. Europa protege al lobo, consciente de su valor, pero el gobierno español está empeñado en acabar con ella. Y es que el lobo tiene poderosos enemigos políticos que quieren acabar con su precaria protección al sur del Duero. Cuando el Gobierno español se interesa por el lobo, lo hace sólo para facilitar su caza. La promoción y defensa desde Europa hacia la protección del lobo y en favor de la coexistencia, contrasta con la gestión cortoplacista de las administraciones públicas españolas.
La ganadería extensiva ha sido históricamente clave en la conservación de los ecosistemas y la sociedad debe valorar sus productos y su trabajo como guardianes de la naturaleza. Durante siglos ha habido una coexistencia entre fauna salvaje y ganadería, que hoy en día, es necesario restablecer. Pastores y ganaderos han desarrollado a lo largo de miles de años técnicas de protección del ganado que les han permitido convivir con el lobo de manera efectiva; la recuperación de ese conocimiento y su aplicación en las zonas en las que el lobo reaparece después de años, es imprescindible.
La situación legal en España es diferente al norte y al sur del Duero. Al norte del Duero el lobo se puede cazar, y las autoridades fomentan auténticas campañas de exterminio sin ningún criterio científico, mientras el negocio de la muerte del lobo se mantiene para diversión de unos pocos y para enriquecimiento, a menudo ilegal, de los tratantes de la muerte de nuestra fauna. El lobo está protegido en Portugal, pero cada vez que los lobos portugueses entran en España se convierten en objetivos y pueden ser acribillados a tiros; incluso en nuestros Parques Nacionales los gestores prestan oídos a intereses privados que piden la muerte de la fauna silvestre. El lobo está protegido al sur del Duero, pero las autoridades favorecen su persecución amparándose en supuestas excepciones.
Esta continua matanza impide que el lobo alcance un estado de conservación favorable (exigido por la normativa europea) en la mayor parte del territorio que se le arrebató, pero también impide el cambio en el mundo rural hacia un modelo más moderno, donde actividades tradicionales y otras nuevas como el turismo de naturaleza contribuyan a la diversidad económica necesaria para traer prosperidad y empleo a las nuevas generaciones. Jóvenes, que desean una verdadera convivencia con la fauna y no quieren perpetuar prácticas insostenibles y enemigas del medio ambiente.
Para muchos el lobo ha dejado ya de ser el malo del cuento, para convertirse en símbolo de nuestra naturaleza más libre y más salvaje, y por eso lo queremos protegido. Reclamamos la declaración del lobo como especie estrictamente protegida por ley en todo el territorio español, y exigimos el fin inmediato de su caza y de los controles letales de su población. De una vez por todas, el lobo merece justicia.

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