Simbiogénesis

Hay dos tipos de vida: Las bacterias y las comunidades de bacterias. Toda la vida son bacterias y las bacterias son unidades, son seres vivos, unidades vivas. Todo lo demás, que se ve como animales o plantas, son seres compuestos por más de un tipo de bacteria. Es decir, son el resultado de la simbiogénesis entre más de un tipo de bacteria.

La simbiogénesis consistiría en el cambio evolutivo que se da mediante la asociación de dos o más especies diferentes para formar un nuevo organismo, se trata de un verdadero motor evolutivo, y los protagonistas no son los genes, sino las bacterias. Ellas son los verdaderos artífices de la biodiversidad y complejidad biológica.
La vida se originó con las bacterias, unos organismos que se expandieron primero en el agua, donde modificaron el líquido y produjeron gases.
En condiciones favorables las bacterias pueden doblar su población cada veinte minutos de modo que, en cuestión de un solo día y a partir de un único espécimen, el número de individuos de un cultivo puede llegar a varios miles de millones.
Su capacidad de transmisión de la información, se basa en tres estrategias que funcionan en paralelo y que no tienen nada que ver con la transmisión vertical de información genética por descendencia -infinitamente más lenta y dificultosa- que caracteriza a nuestra especie:
(1) transmisión de material genético (conjugación) a través del tubo conyugal desarrollado a tal propósito;
(2) transmisión de ADN de una bacteria a otra por medio de virus bacteriófago (trasducción) y
(3) traspaso de material genético (transformación) entre bacterias -o de otros organismos a éstas- por penetración de la pared celular.
Estamos pues hablando nada menos que de un sistema polifacético de multiplicación y de transmisión cuasi instantánea, en red y de forma horizontal -sin tener que esperar de una generación a otra- de las claves genéticas para la adaptación y la supervivencia. 
De ahí la inmensa variedad del mundo bacteriano, de cuya diversidad y según algunos estudios, apenas conocemos el uno por ciento. De ahí la enorme capacidad de las bacterias para vivir en ambientes absolutamente inhóspitos y distintos, desde las cumbres más heladas hasta las simas marinas más profundas, con oxígeno o sin él, con luz o sin ella, etc.
Para saber más: Microcosmos. Lynn Margulis y Dorion Sagan. Entrevista a Lynn Margulis en la UAB Barcelona.- Las cosas por su nombre. David Sempau.

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