Cambio Climático: Hielo marino, las consecuencias ‘imprevisibles’ y ‘demoledoras’ sobre el planeta




Esto ha llevado a conceptos erróneos comunes sobre el cambio climático y el hielo alrededor de los polos de la Tierra. El crecimiento en un solo lugar no compensa necesariamente pérdidas en el otro.

En la última década, el hielo marino en el Océano Ártico ha alcanzado mínimos históricos en varias ocasiones, mientras que la extensión del hielo alrededor de la Antártida ha alcanzado nuevos máximos. Pero ¿qué ocurre en conjunto? Esto ha llevado a conceptos erróneos comunes sobre el cambio climático y el hielo alrededor de los polos de la Tierra. El crecimiento en un solo lugar no compensa necesariamente pérdidas en el otro. Claire Parkinson, científica de la NASA, examinó 35 años de datos de hielo marino, y ha demostrado que el aumento alrededor de la Antártida no compensa la pérdida de hielo marino del Ártico acelerado de las últimas décadas. np_sss_201310 La Tierra ha estado perdiendo hielo marino a una tasa promedio anual de 35.000 kilómetros cuadrados (13.500 millas cuadradas) desde 1979, el equivalente a la pérdida de un área de hielo marino más grande que el estado de Maryland todos los años.
… Además, la pérdida global de hielo marino se ha acelerado. Desde 1979 a 1996, la pérdida de hielo fue de 21.500 kilómetros cuadrados (8.300 millas cuadradas) por año. Esta tasa de 1996-2013 fue 50.000 kilómetros cuadrados (19.500 millas cuadradas) perdidos por año. Las pérdidas anuales fueron más grandes que los estados de Vermont y New Hampshire combinados. 

Fuente original: http://www.canalazul24.com/

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La acidificación creciente del océano, crónica de un ‘suicidio’ anunciado 

Se trata de un nuevo enfoque sobre el estudio de los mares, publicado en 'Environmental Science and Technology', con el que se puede realizar un monitoreo remoto de grandes extensiones de océano inaccesible de los satélites que orbitan a más de 700 kilómetros por encima de la Tierra. 

Un equipo internacional de científicos ha utilizado las técnicas de los satélites espaciales para controlar la acidificación del océano. Se trata de un nuevo enfoque sobre el estudio de los mares, publicado en con el que se puede realizar un monitoreo remoto de grandes extensiones de océano inaccesible de los satélites que orbitan a más de 700 kilómetros por encima de la Tierra. Cada año más de un cuarto de las emisiones mundiales de CO2 de la quema de combustibles fósiles y la producción de cemento son absorbidos por los océanos. Este proceso genera una mayor acidez en el agua, lo que hace que la vida sea más dura para algunas especies marinas. El aumento de las emisiones de CO2 y el aumento de la acidez del agua de mar en el próximo siglo tienen, según han explicado los expertos, el potencial de devastar algunos ecosistemas marinos, por eso se considera "crucial" llevar un estudio detallado de estos datos. En este trabajo son investigadores de la Universidad de Exeter, Plymouth Marine Laboratory, Instituto Francés de Investigación para la Explotación del Mar (IFREMER), la Agencia Espacial Europea (ESA) y un equipo de colaboradores internacionales, los que están desarrollando nuevos métodos que les permitan monitorear la acidez de los océanos desde el espacio. El director de la investigación, Jamie Shutler, ha señalado que "los satélites pueden llegar a ser cada vez más importantes para el control de la acidificación del océano, especialmente en aguas remotas, como el Ártico". Shutler ha indicado que este estudio es "pionero" y su objetivo es monitorear grandes áreas de los océanos de la Tierra "para identificar de manera rápida y fácil las áreas de mayor riesgo de la creciente acidificación". Los métodos actuales de medición de temperatura y salinidad para determinar la acidez se limitan a instrumentos 'in situ' y mediciones tomadas de los buques de investigación. Este enfoque limita la toma de muestras a las pequeñas áreas del océano, además los buques de investigación son muy caros de mantener y operar. Estas nuevas 'técnicas espaciales' utilizan las cámaras térmicas de los satélites para medir la temperatura del océano, mientras que los sensores de microondas miden la salinidad. En conjunto, estas mediciones se pueden utilizar para evaluar la acidificación del océano más rápidamente y más áreas mucho más grandes de lo que ha sido posible antes. Otro de los autores, Peter Land, ha precisado que existe "un número de satélites capaces de realizar este trabajo", entre los que se incluye el sensor de la ESA SMOS, lanzado en 2009, o el satélite Aquarius de la NASA, lanzado en 2011. Land también ha señalado que el desarrollo de la tecnología y la importancia de supervisar la acidificación del océano acabarán por aumerntar el desarrollo de nuevos sensores de los satélites en los próximos años. 

Fuente: ep  - http://www.ecoticias.com

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