Efecto Ártico 2013, fría y húmeda primavera: ¿Inicio del ciclo del enfriamiento del hemisferio norte?

Por Erik Quiroga

El Deshielo del Ártico, como consecuencia del Calentamiento Global, altera el Clima de Europa Occidental y la Región Este de Norte América, llevando a ciclos de veranos muy cálidos que tienden a extenderse hasta el otoño, e intensos inviernos que pueden prolongarse hasta la primavera.
Efecto Ártico: el Deshielo del Ártico, como consecuencia del Calentamiento Global, altera el Clima de Europa Occidental y la Región Este de Norte América, llevando a ciclos de veranos muy cálidos que tienden a extenderse hasta el otoño, e intensos inviernos que pueden prolongarse hasta la primavera.
Hasta el pasado año podríamos constatar una tendencia: Los veranos muy cálidos que tienden a extenderse hasta el otoño:
En el hemisferio norte, el pasado año, Estados Unidos vivió un cálido otoño, parecía la prolongación del verano mas cálido registrado en su historia.
En este año después de un intenso invierno, una fría y humedad primavera afecta a parte de Norteamérica y Europa con sorpresivas nevadas y frías temperaturas que se prolongan durante el mes de mayo.
Deshielo ártico, descomunal humedad, niveles históricos de nieve y lluvia
El deshielo Ártico del pasado año 2012, fue el mayor desde que comenzaron las mediciones por satélite, en 1979, según el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo (NSIDC) de Estados Unidos.
La cubierta de hielo en el océano Ártico alcanzó los 4,10 millones de kilómetros cuadrados, 70.000 kilómetros cuadrados menos que el 18 de septiembre de 2007, cuando se observó el mayor deshielo ártico.
El hielo Ártico es considerado el termostato del planeta, ayuda a eliminar el calor de los trópicos al evaporarlo a la atmosfera, al haber menos hielo se crea una situación que altera el equilibrio de las temperaturas entre el Ártico y los trópicos, lo cual afecta “los patrones de viento”: Corrientes del Chorro, Anticiclones y Borrascas e incide en la variación de la Convergencia Intertropical.
Alteración de la Corriente del Chorro
La corriente en chorro, es una franja cambiante de vientos rápidos que se desplazan, de oeste a este a gran altura sobre la superficie terrestre. En el hemisferio norte la corriente se desplaza sobre las latitudes medias y norte de Norteamérica, Europa y Asia.
Regularmente la corriente del chorro desarrolla unas curvas (meandros) ondulantes moderadas. En la actualidad las curvas que se están desarrollando son más extensas y se internan mucho más hacia el sur, y su velocidad de fase es mucho menor.
La afectación anteriormente citada, ocurre como consecuencia de la disminución de la diferencia de temperaturas entre el Ecuador y el Polo Norte afectado por un acelerado calentamiento global.
El Polo Norte sigue siendo mucho más frío que el Ecuador, pero por menos grados centígrados, como consecuencia, la corriente del chorro se hace más lenta y con ello su desplazamiento es también más lento.
La Corriente del Chorro mantiene un clima templado y relativamente húmedo en Europa, su alteración afecta gran parte del hemisferio norte
¿El inicio del ciclo del enfriamiento del hemisferio norte?
El deshielo Ártico del pasado año 2012, podría llevar este año a un ciclo histórico de lluvias en el hemisferio norte: algunas regiones de Norteamérica, parte del Caribe (por la afectación de la Convergencia Intertropical) Europa y gran parte de Asia, e incidir por la afectación de la Corriente del Chorro en la generación de tornados de mayor extensión e intensidad en la región central de Estados Unidos.
El gigantesco deshielo ártico, con su descomunal humedad, aporta extremas nevadas en invierno y excepcionales lluvias en primavera y verano, llevando a su vez a frescos y húmedos veranos, lo cual crea las condiciones mínimas a un próximo invierno de mayor intensidad.
El actual calentamiento global sostenido se inicia en 1976, con 37 años es el más prolongado en mil años, ha llevado al mayor deshielo ártico en dos mil años.
Existen evidencias científicas sobre los eventos climáticos, ocurridos en los últimos trece mil años que señalan que los breves ciclos de "Calentamiento Sostenido" (menores de 40 años) llevan a periodos de enfriamiento en el Hemisferio Norte.
Entre mas cálidos son los años de los referidos ciclos, mas cercanos se encuentra el periodo de enfriamiento.
El deshielo ártico en el año 2010(antes del histórico deshielo del 2012), según el Instituto Real de los Países Bajos para la Investigación Marina, había aumentado el contenido de agua dulce del Ártico un 20% desde la década de 1990, en cerca de 8.400 kms3, equivalente a toda el agua en el lago Michigan y el Lago Huron juntos, o al doble del volumen de agua del lago Victoria, el más grande de África.
De acuerdo al referido instituto de investigación marina la gran cantidad de agua dulce acumulada en el Ártico, podría desplazarse al Atlántico, alterando las corrientes marinas (la corriente fría del Labrador y la cálida Corriente del Golfo) que dan a Europa occidental su conocido clima templado.
¿Si existe la gran cantidad de agua dulce acumulada, porque no se afecta la Corriente del Golfo y de Labrador?
De acuerdo a Steur y Rabe “el agua dulce se ha mantenido hasta ahora en el Ártico debido al “Patrón de Viento” que no ha cambiado significativamente en los últimos 12 años, cuando lo normal es que cambien cada 5-10 años
Los veranos que están dominados por sistemas de bajas presiones que actúan sobre el centro del Océano Ártico, producen más deshielo que los veranos dominados por sistemas de altas presiones.
En el verano ártico de 2007, una constante situación atmosférica de presiones altas se presentó en el Océano Ártico central.
Cinco años después, en el verano de 2012, se produjo por un patrón de bajas presiones ubicado sobre la costa norte de Eurasia.
Lo anteriormente expuesto nos lleva a una interrogante
¿Estamos ante el detonante de un “cambio de patrón de viento ártico” que iniciaría los inviernos extremos antes del año 2020?
Erik Quiroga, Ambientalista
Promotor de la creación del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas (Resolución 49/114 del 23/01/95) promovido el 16 de septiembre.

Groenlandia ha perdido tres veces más hielo que la Antártida
La tecnología permite esbozar una imagen cada vez más precisa del impacto que tiene el cambio climático en el aumento del nivel del mar. Científicos de una docena de instituciones de varios países han realizado un estudio que, por primera vez, combina tanto los avances en observaciones como en simulación por ordenador de los cambios en los mantos de hielo de la Antártida y Groenlandia.
Francisco Navarro, profesor de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), ha participado en el trabajo que publica la revista Nature.
Este equipo de investigadores, que reúne a expertos en cambio climático y glaciología, ha concluido que la contribución actual de la fusión de hielo y desprendimiento de icebergs de la Antártida a la subida del nivel del mar es menor, prácticamente la mitad, que la estimada en otros estudios anteriores.
Su trabajo confirma, en cambio, grandes pérdidas en el manto helado de Groenlandia, cuya contribución durante los últimos veinte años ha duplicado a la de la Antártida y en los últimos cinco la triplica. El nivel medio de los océanos en el planeta se eleva ahora poco más de 3 milímetros por año.
Este ritmo podría acelerarse si aumentaran en el futuro las pérdidas de masa de los mantos de hielo de la Antártida y Groenlandia, que se convertirían en el contribuyente más importante de la subida del mar.
Actualmente, la suma de las contribuciones de ambas regiones es similar a la de los pequeños glaciares y casquetes de hielo, y ligeramente inferior a la que tiene su origen en la expansión térmica del océano. No obstante, los científicos admiten que las predicciones muestran todavía una gran incertidumbre. La razón es que los mantos de hielo ofrecen una compleja respuesta a los cambios del clima, que solo resulta aparente al utilizar modelos numéricos mejorados.
Una tecnología cada vez más fiable
Aun así, las cosas han cambiado para los estudiosos del cambio climático en los últimos años. Las incertidumbres asociadas a los modelos numéricos se han visto reducidas gracias a una mejor comprensión teórica de los procesos físicos implicados. Pero también a los avances en las técnicas de observación, que hacen uso de métodos de altimetría radar y láser, interferometría y gravimetría, todas ellas desde satélite pero calibradas con observaciones efectuadas desde la superficie del manto de hielo y combinadas con modelos regionales de clima.
La utilización de este conjunto de técnicas permite, según explican los autores del estudio, predecir con mayor fiabilidad el impacto del cambio climático sobre el balance de masas de los mantos de hielo y el consiguiente cambio en el nivel del mar.
Navarro, segundo firmante del artículo publicado en Nature, confía en que el trabajo “sea de interés y ejerza un papel influyente en científicos que trabajan en campos muy diversos, las organizaciones e instituciones que financian la ciencia y la clase política”. Profesor en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación, está adscrito al Departamento de Matemática Aplicada a las Tecnologías de la Información y dirige el Grupo de Simulación Numérica en Ciencias e Ingeniería de la UPM.
El equipo con el que ha colaborado para este estudio lo integran científicos de universidades y centros de investigación de EE UU, Europa y Australia.

Referencia bibliográfica:
 
EDWARD HANNA, FRANCISCO J. NAVARRO, FRANK PATTYN, CATIA M. DOMINGUES, XAVIER FETTWEIS, et al. “Ice-sheet mass balance and climate change”. Nature, 498, 51-59 (06 June 2013).
Sinc – ECOticias.com– innovaticias.com


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