La explotación de gas de esquisto modifica la geopolítica energética mundial


La extracción de gas no convencional, que se encuentra aprisionado en rocas a grandes profundidades terrestres, comienza a modificar la geopolítica energética mundial. Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), Estados Unidos y Canadá provocarán una revolución en el sector energético debido al incremento de sus producciones de petróleo ligero y gas esquisto, que los convertirá en exportadores netos de energía en el año 2030.
Las transnacionales de todo el mundo centran su atención en un nuevo energético de origen fósil conocido como gas pizarra o shale gas, en virtud a las sustanciales reservas diseminadas en todo el planeta. Este portador energético está depositado a gran profundidad en el subsuelo, por debajo de gruesas placas de roca de esquisto, o pizarra, las cuales deben ser fracturadas para liberar las moléculas. La AIE estima que los yacimientos de este gas podrían durar al menos dos siglos y medio.
Los extensos yacimientos de gas de esquisto ya fueron identificados en los años 80 del siglo pasado, pero se descartó su explotación debido a su enorme costo en aquel momento. Sin embargo, dos décadas después se abre la posibilidad de la explotación comercial gracias al avance de la tecnología.
Se estima que en los últimos años Estados Unidos aumentó la producción de gas esquisto del 10 al 20%, con posibilidades de elevarla aún más hasta el año 2050. En octubre de 2012 la Administración de Información de Energía de Estados Unidos reportó un aumento de la producción mundial de petróleo, debido principalmente al mayor bombeo de Libia, Irak y Arabia Saudita, y a la estabilidad de las extracciones de esquisto en EE.UU.
Ante el aumento de la producción del denominado shale gas, en noviembre de 2012 el viceprimer ministro para asuntos energéticos de Irak Hussain al-Shahristani confirmó que su país evaluaba la posibilidad de reducir su meta de producción petrolera a entre nueve y 9,5 millones de barriles diarios.
Proliferan las explotaciones de gas esquisto en todo el mundo
Japón impulsa varios proyectos de explotación de yacimientos de gas de esquisto con el fin de reducir su déficit comercial, que en 2012 ascendió a 75 mil millones de dólares a causa del aumento de las importaciones de gas natural y otros combustibles. En ese marco, el ministro de Energía de Japón Toshimitsu Motegi informó que la Corporación Nacional de Petróleo, Gas y Metales analiza la posibilidad de financiar a las empresas interesadas en explorar y explotar yacimientos de gas natural que se hallan en rocas pizarra.
Por otro lado, el director general de Petróleos Mexicanos (Pemex) Juan José Suárez dijo que en los últimos tres años la empresa estabilizó su producción de hidrocarburo, por lo que podrá alcanzar hasta tres millones de barriles diarios en cinco años. Las condiciones geológicas que caracterizan a México permiten prever que tal repunte productivo no será un fenómeno efímero sino sostenible en el tiempo.
Suárez recalcó que para mantener la producción a largo plazo no solo se precisa desarrollar las reservas sino también habilidades para explotar reservas no convencionales de petróleo y gas en aguas profundas, como el yacimiento de gas shale (gas natural comprimido en roca) recién descubierto en Chicontepec, Veracruz.
En Uruguay, el ministro de Industria Energía y Minería (MIEM) Roberto Kreimerman dijo que su país cuenta con 368 mil millones de metros cúbicos de reservas de gas. Según un estudio preliminar realizado por una empresa especializada del Servicio Geológico de Estados Unidos, el país sudamericano contaría con esquistos de fluido natural técnicamente recuperables en la cuenca norte.
De otra parte, Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) de Argentina descubrió el año pasado un pozo de petróleo no convencional en el bloque La Amarga Chica, 30 kilómetros al norte de Loma La Lata, el cual alcanzó volúmenes diarios de producción de 400 barriles equivalentes de alta calidad (35 API). Además, en noviembre de 2012 la petrolera estatal confirmó el hallazgo de 927 millones de barriles equivalentes de petróleo de hidrocarburos no convencionales en la provincia de Neuquén, en el yacimiento de Loma La Lata Norte, tras perforar y poner en producción 15 pozos verticales con volúmenes iniciales de entre 200 y 600 barriles diarios de shale oil de alta calidad.
El presidente de la petrolera estatal argentina Miguel Galuccio anunció el descubrimiento de cinco nuevos pozos de hidrocarburos no convencionales de muy buena productividad en la cuenca del Golfo San Jorge, en las provincias de Chubut y Santa Cruz, y en la formación Vaca Muerta, en Neuquén.
YPF Argentina desarrolla un proyecto de explotación de shale y gas natural licuado con la transnacional rusa Gazprom, y al mismo tiempo avanza en un acuerdo estratégico con Chevron para la explotación de petróleo y gas no convencional en el yacimiento Vaca Muerta, en la Patagonia.
En Cuba, un grupo de expertos del Centro de Investigaciones del Petróleo estudia la posibilidad de explotar reservas de gas esquisto en la isla, confirmó el ingeniero geofísico y consultor del Ministro de Energía y Minas de Cuba Manuel Marrero Faz en la V Convención Cubana de Ciencias de la Tierra, Geociencias 2013.
Sin embargo, el líder de la Revolución cubana Fidel Castro recalcó que “América Latina y el Caribe, en su conjunto, disponen de tierra, agua y recursos energéticos sin necesidad de promover la producción de gas de esquisto mediante fractura hidráulica, como hace Estados Unidos, con riesgos probados para la propia salud de los ciudadanos de ese país, como han comenzado a divulgar algunos medios de prensa serios”.
Castro se refirió a un reporte de prensa según el cual las personas que viven cerca de las explotaciones de gas esquisto sufren de alergias, asma, artritis, cáncer, así como hipertensión y enfermedades de corazón, riñones, pulmones y tiroides. Muchos se quejan del mal olor de los compuestos químicos, que a veces contienen amoníaco, cloro, azufre y propano, entre otros.
Los riesgos de la fractura hidráulica
La técnica de extracción de los gases esquistos se denomina fracking o fractura hidráulica, que consiste en la fractura de rocas con un chorro de agua y arena de alta presión (a un gradiente de 18 kilo Pascales por cada metro de profundidad) para liberar el gas. Se trata de una perforación vertical entre 100 y tres mil metros, seguida de hoyos horizontales a unos mil metros a todo lo largo de la formación rocosa, donde usualmente se inyectan por pozo entre 76 mil y 300 mil litros.
El procedimiento requiere enormes volúmenes de agua mezclados con arena y productos químicos, por ahora casi desconocidos. Las compañías mantienen en secreto la lista de químicos que utilizan; una de ellas es Halliburton, la cual cimentó el pozo Macondo que estalló y provocó el derrame de crudo en el Golfo de México en 2010, recordó la cadena de radio y televisión Democracy Now.
Se presume que alrededor del 2% del total inyectado en la roca es una mezcla de benceno, xilenos, cianuro, algunos metales pesados como plomo, mercurio y otros elementos radioactivos, que eventualmente pueden emerger a la superficie en inmediaciones de los pozos. Varios estudios realizados por expertos de la Universidad de Cornell y publicados en la revista Climatic Change indican que la explotación del shale gas no cumple los requisitos ecológicos debido a la toxicidad extrema de las sustancias utilizadas en el proceso.
Senadores norteamericanos del Partido Demócrata advirtieron que 29 químicos utilizados en esas perforaciones son un peligro para la salud humana, pues son considerados cancerígenos. Según reportes de la revista especializada Proceedings of the Nacional Academy of Sciencies, se ha comprobado que la técnica de explotación de gas esquisto tiene un impacto negativo en la salud humana. Por ejemplo, se comprobó la contaminación de agua por metano asociadas a los flujos de extracción, luego del análisis de 68 pozos subterráneos en localidades de Pensilvania y Nueva York, donde se registra el mayor número de perforaciones.
En abril de 2011 miles de litros de fluidos tóxicos remanentes de fracturas hidráulicas fueron vertidos en vías fluviales en el condado de Bradford, Pennsylvania, tras la explosión de un pozo de gas natural de la compañía Chesapeake Energy, informó Democracy Now.
Además, los científicos demostraron que los gases esquistos son más contaminantes que el petróleo y sus análogos convencionales, pues liberan metano, un gas con un efecto invernadero 25 veces más potente que el dióxido de carbono. Por si fuera poco, las emisiones nocivas paralelas de las explotaciones de gas esquisto son al menos 30% mayores e incluso duplican a las del gas convencional.
Con esos antecedentes, el gobierno de Francia prohibió la explotación de sus reservas de gas de esquisto para evitar daños. La ministra francesa de medio ambiente Delphine Batho argumentó que "en ninguna parte del mundo se ha demostrado que esta explotación pueda hacerse sin daños considerables para el entorno y para la salud humana".
Los defensores de esta explotación, entre ellos las grandes corporaciones Total y Gas de Francia-Suez, señalan que este recurso energético permitiría al país galo ser menos dependiente de las importaciones. Sin embargo, Batho fue enérgica en asegurar que no se otorgarán licencias para la exploración y extracción de este energético, por lo menos hasta contar con otro tipo de tecnología para su aprovechamiento.
Con datos de El “fracking en el vórtice de la polémica ambiental”, Ana Laura Arbesú, periodista de Prensa Latina.
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