Brasileños se movilizan en rechazo a Ley que permite deforestación de la Amazonía




Miles se personas protagonizaron una movilización el domingo pasado en la ciudad de Sao Paulo, para solicitar a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que vete la Ley Forestal aprobada por el Congreso al considerar que amenaza la Amazonía, porque concede permiso a un aumento de la devastación de las selvas.
La Fundación SOS Bosque Atlántico convocó a la jornada de este domingo, en el marco de una campaña nacional “Veta Dilma” lanzada hace un mes, justo después de la aprobación en el Congreso de la reforma al código forestal de 1965.
Organizaciones ambientalistas rechazan el proyecto forestal porque aseguran dará luz verde al aumento de la degradación de los suelos en especial de la Amazonía, así como favorecerá la extensión de los cultivos agrícolas en áreas hasta ahora protegidas.
A través de un comunicado las organizaciones denunciaron recientemente que los cambios propuestos en la Ley Forestal, suponen un duro revés a los avances logrados hasta el momento para frenar la deforestación y tiran por tierra los esfuerzos realizados para combatir la corrupción en la región amazónica.
El Instituto Brasileño de Investigación Económica Aplicada (Ipea) destacó que la aprobación de la Ley supondría la pérdida de 76,5 hectáreas de selva por minuto, que equivalen a 76 estadios de fútbol. Acotó también que sin esta cantidad de bosque se liberarían 28 mil toneladas de Dióxido de Carbono, lo que impediría a Brasil cumplir sus objetivos de reducción de emisiones de CO2.
La mandataria suramericana tiene hasta el próximo viernes 25 de mayo para manifestar su veto parcial o total al proyecto de ley, que entre otras cosas, suspende las multas y sanciones a los propietarios de tierras que talaron ilegalmente hasta 2008.
El pasado 25 de abril, la Cámara de Diputados avaló el Código Forestal que ya había sido tramitado por el Senado en diciembre, con lo que finalizó su paso por el Congreso e irá a sanción presidencial.
El sector agroindustrial, con una amplia representación legislativa, apoyó la norma argumentando la necesidad de ampliar la frontera agrícola para garantizar la seguridad alimentaria de los brasileños.
AFP / EFE / Telesur
Mayo 22, 2012
Publicado en www.librered.net
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Ecuador: 20 años de rebeldía de los pueblos y nacionalidades de la región amazónica

Este 11 de mayo se celebran 20 años de la gran caminata realizada por la organización de pueblos indígenas de Pastaza, OPIP, denominada “Marcha por la tierra, por la vida, levantémonos”. Se levantó una voz nacida desde las entrañas de la selva amazónica.
Eran los años cuando el movimiento indígena amazónico empezaba a reclamar sus derechos al reconocimiento de las tierras consideradas baldías por los poderes del Estado. Muchos de los compañeros salieron a caminar: los kichwas desde la distintas zonas donde habitan, como los de la cuenca del Kuraray; los compañeros de la cuenca del Villano, los compañeros de la cuenca del Bobonaza.
Los pueblos amazónicos, descritos hasta entonces como pueblos sin a alma, sujetos a la inhumana discriminación, rezagos quedados de la conquista.
Los ideólogos de la marcha fueron del legendario pueblo de Sarayaku, que en múltiples reuniones analizaba el peligro que veía venir en el futuro: la continuación de las doctrinas de la colonización ahora en cabeza de los madereros, las industrias petroleras, mineras, los planes de los gobiernos que estaban listos para ejecutar el mal llamado desarrollo.
Fue el inicio del reconocimientos de las nacionalidades amazónicas. Empezaba allí un proceso de unidad en la diversidad en el seno de la OPIP, por parte de los Shiwiar, Saparas, Achuar, Waorani, Shuar ya no como los pueblos a los que denominaban salvajes los misioneros de la evangelización, sino en la capacidad de poner en la agenda política su condición de pueblos libres, su autodeterminación; que piden el reconocimiento de sus territorios, mediante títulos de propiedad colectiva que garantice la vida y la continuidad de su cultura en las futuras generaciones.
A la vista del Gobierno, parecían como pedidos imposibles de conceder. Los dueños ancestrales de estos territorios pidiendo a los amos supremos su reconocimiento. Parecía que la historia marchaba al revés. ¿Porqué pedir, siendo nosotros los dueños? ¿Por qué estar pidiendo que se nos otorguen títulos sobre lo que siempre había sido nuestro?
En la realidad, era enfrenta la continuación de la doctrina colonizadora, que buscaba aniquilar a los indígenas y hacerse ser dueños de todo lo nuestro, hasta de nuestras vidas.
La Gran Marcha inició en Unión Base, sede de la CONFENIAE. Partió bajo la lluvia con toda la fuerza de la selva hasta llegar a Quito luego de un mes de caminata. Las voces se hicieron escuchar “solo somos llamados ecuatorianos en tiempo de votos, luego nadie se acuerda de nosotros….de aquí nos iremos arreglando nuestro territorio señor gobierno” decía Beatriz Gualinga, lidereza de Sarayaku. En otro tono decía “Queremos nuestro territorio para vivir y no para vender como pedazo de pan” Angel Tzamareda, dirigente de la CONFENIAE.
Un 11 de mayo de 1992, el Gobierno entregó los títulos de propiedad a las nacionalidades amazónicas. Cuatro millones de hectáreas, pero astutamente dejaron unas cláusula en las escrituras donde garantizaban que los recursos naturales aun pertenecía al Estado.
Mucho de nuestros líderes ya no están aquí. Dejaron el territorio para los hijos y partieron a la eternidad.
Pero aquí seguimos nosotros, en la ruta de la lucha y la rebeldía. Después de 20 años algo paradójico ha sucedido: el gobierno de la revolución ciudadana ha planeado entregar 4 millones de hectáreas a las empresas transnacionales petroleras. Así es la situación actual.
Después de 20 años se celebra el día de las nacionalidades en la ciudad de Puyo con 20 mil dólares de presupuesto, convirtiendo esta fecha en mero folklore. Los prefectos y alcaldes después de 20 años solo nos ven como folklor y no como los sujetos de cambio que hemos sido para la nación.
Para reivindicar nuestros derechos y la memoria de Raúl Viteri, Beatriz Gualinga y tantos otros luchadores amazónicos, en Puyo sonarán mas de mil tambores desde la madrugada del 11 de mayo. Mil lanzas, mil cornetas, y la voces de nuestra presencia en la Región Amazónica, en Latinoamerica y en el mundo.
Haremos despertar a la ciudad con danzas de guerra y diremos a los gobernantes que aún seguimos en de pie y nuestro territorios no se vende, es para nosotros y para nuestros hijos.
La selva es para quienes vivimos allí y para los que vendrán.
Y en la legendaria selva de Sarayaku seguimos celebrando día a día el despertar de la Madre Tierra y el canto de la libertad de los pueblos.

Saruyaku eternamente libre. - Marlon Santi /Sarayaku runa
Fuente: http://www.librered.net/?p=18051

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