El Panel contra el Cáncer de EEUU insta a Obama a eliminar los químicos que nos rodean: no podemos seguir ignorándolo


 Autor: David Avendaño 


Suena el despertador. Maldices. Te duchas, Te vistes. Desayunas.. No, espera, no sólo desayunas. Comienzas tu ingesta diaria de química (si es que no tragaste algo de champú un rato antes…). Con el café o el te con que inauguras el día estás tomando también una racion de DDT (sí, sigue existiendo), malatión, paraquat, diazinón y una pizca de RoundUp, el inestimable pesticida ‘mátalotodo’ de Monsanto. La leche en la que diluyes el Cola-Cao tampoco viene sola: restos de la hormona de crecimiento bovina, una dosis de antibióticos y un tanto de esteroides son el regalo que la vaca lechera dopada ha añadido antes del ordeño. Si le añades unos cereales genéticamente modificados que han sido cultivados con la ayuda de al menos 50 pesticidas diferentes, tienes el desayuno perfecto.


El informe 'Reducir el riesgo de cáncer ambiental: ¿qué podemos hacer?', elaborado por el Panel contra el Cáncer de EEUU

Vayamos un poco antes, al momento en el que estos alimentos estaban siendo cultivados con la ayuda de pesticidas y herbicidas. ¿Qué hay de malo en ello? Veamos. Un pesticida es un químico venenoso que se rocía sobre los cultivos para erradicar insectos, bacterias, microbios e incluso aves. El problema es que muchos de los pesticidas producirían en los seres humanos la muerte también si fueran los rociados. Claro que no es el caso. ¿Pero cuánto de esos químicos nos llega adherido a los alimentos? ¿Cuánto hace falta a largo plazo para afectarnos seriamente?

Los herbicidas son también químicos venenosos diseñados para destruir las plantas que podrían competir por los nutrientes y agua con las que el agricultor cultiva. Estas sustancias son diseñadas para atacar plantas específicas y no dañar a la que queremos cultivar. Pero estas plantas y frutos pueden convertirse en anfitriones para los herbicidas hasta nuestras mesas.

Hay estudios que han detectado que algunos herbicidas afectan al sistema endocrino de animales superiores. Estos químicos sintéticos alteran el modo en que el cuerpo produce hormonas y cómo éstas trabajan. Concretamente, los químicos que actúan contra el sistema endocrino son la dioxina, los PCBs, el DDT y el Diethylstilbestrol (DES).

La realidad de que estos compuestos son culpables de muchos de los males de salud que afectan a la sociedad occidental ha sido confirmada por el Panel contra el Cáncer de EEUU, en un demoledor informe en el que instan al presidente Obama a actuar con las siguientes palabras: “El Panel le apremia a utilizar con decisión el poder de su administración para eliminar los carcinógenos y otras toxinas de nuestra comida, agua y aire que están necesariamente incrementado los costes sanitarios, afectan a la productividad de la nación y devastan vidas americanas”.

Cuando compres en el súper, piensa qué eliges. Busca el sello de certificación ecológica y dale la espalda a la industria química, ya que ya sabes que de los políticos no se puede esperar nada.

Fuente: Care2.com

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