Vulnerabilidad frente al cambio climático





Por José Rodríguez Macías

Hacer consenso sobre la forma y el fondo de las causas de la crisis ambiental implica poner nombre y apellidos. Ubicar quienes son los responsables de fomentar la generación irresponsable de energía –por ejemplo- y el consumo desmedido de hidrocarburos. Mientras no lo hagamos, seguiremos atacando las consecuencias. Mientras no empecemos a modificar el punto de vista de fondo que es el modelo de “desarrollo” neoliberal, vamos a seguir relativamente igual. Limitarnos a mitigar y adaptarnos termina siendo insuficiente. Hay que hacerlo y hacerlo bien, pero seguiríamos “creciendo” bajo el mismo esquema.


Tenemos enfrente un gran reto y una responsabilidad como especie humana: nuestro único planeta, la aldea global está muy dañada. No es alarmismo sino son hechos. Lo más representativo es el nivel de CO2 alcanzado, que refleja el calentamiento global, que está llegando a 390 partes por millón (ppm) en enero de 2010. De alcanzar las 400 se hace irreversible el desequilibrio. El acuerdo de la amenaza es casi unánime. (1) Sin embargo los deslindes y discrepancias comienzan, al analizar causas y causantes, y más aún al proponer soluciones: unas superfluas y otras de fondo; una técnicas y otras sociales.
Por eso no hubo acuerdo en la COP15 en Copenhague. Se antepone el espejismo del crecimiento y se sacrifica un verdadero desarrollo sustentable. Hay que ser concientes de los intereses económicos de por medio y que quienes los defienden van a ser reticentes al cambio; por eso la necesidad de ser contundentes, argumentar, sensibilizar y poner orden, lo que lleva a la democratización de la información y a la educación ambiental, para que con la participación cívica se logre la dignificación o simplemente la sobrevivencia de nuestra especie.
Los que han roto los platos se hacen patos; no todo es asunto de dinero y financiamiento para corregir el rumbo. El asunto es complejo y hay que enumerar todas las aristas para tratar de enfrentarlo equilibradamente. (2) Ya estamos en la olla y es algo que nos debe concernir a todos con alta responsabilidad. En última instancia, la tierra puede seguir viviendo sin nosotros. O sea no es un asunto de la tierra, sino de la forma como nos organicemos los seres humanos y nuestra relación con ella. El meollo del problema es que la tierra es finita y nuestras ambiciones son infinitas... ya hemos pasando el límite (de acuerdo a nuestra huella ecológica) y requerimos varios planetas con nuestro consumo actual, y sólo tenemos uno. No se trata de Vivir Mejor, sino humildemente vivir bien, como ha señalado Evo Morales.(3)
Hacer consenso sobre la forma y el fondo de las causas de la crisis ambiental implica poner nombre y apellidos. Ubicar quienes son los responsables de fomentar la generación irresponsable de energía –por ejemplo- y el consumo desmedido de hidrocarburos. Mientras no lo hagamos, seguiremos atacando las consecuencias. La propia reforma energética promovida en México, no alcanzó a tocar fondo y se centró en Pemex. Mientras la limitada estrategia de la ONU propone medidas de mitigación y adaptación al cambio climático, visto como un “fenómeno” global sin responsable. Es como si a un enfermo le recetas aspirinas y está mal de cáncer. Mientras no empecemos a modificar el punto de vista de fondo que es el modelo de “desarrollo” neoliberal, vamos a seguir relativamente igual. Limitarnos a mitigar y adaptarnos termina siendo insuficiente. Hay que hacerlo y hacerlo bien, pero seguiríamos “creciendo” bajo el mismo esquema.
Entonces mas allá de esas dos agendas (mitigación y adaptación) debemos trabajar en las medidas correctivas y en la construcción a diario del modelo alternativo más a fondo; lo que quiere decir no sólo el inventario de gases efecto invernadero (GEI) y diagnóstico puntual, sino ver con lupa de donde vienen los daños y quienes son los responsables, para aislarlos políticamente, corregir, aplicar normas, leyes y reglamentos existentes y tejer nuevas formas donde la sustentabilidad realmente cobre vida con justicia y democracia. Ahí está la escencia de la educación ambiental.


A continuación enumero algunas observaciones a considerar:
1. En la línea de la historia se presenta la crisis ambiental al romperse el balance con los recursos naturales. El informe Brundland de 1987, lanza la alarma. O sea la humanidad vivió en paz durante los primeros siglos de su existencia y sucumbió al capitalismo voraz. Hoy tenemos claros los indicadores de por donde no avanzar: alto consumo de energía y bienes. (4)
2. Los inventarios de GEI nos indican con claridad su origen técnico: la energía produce el 60%, los desechos el 14% y la agricultura y el cambio de uso de suelo el 20%. De la energía el transporte representa el 33% de los gases, la electricidad el 31% y la industria el 28%. Hay que focalizarlos para dar respuestas técnicas y verificables en su mitigación, pero por los intereses económicos que existen, si no hay voluntad política, no se hará lo suficiente, menos aún sin un monitoreo social efectivo.
3. Lo más vulnerable en México y en el mundo es mal manejo del agua y la perdida de calidad en los suelos: el descongelamiento de polos y glaciares, los incendios forestales, las zonas muertas marinas, el incremento de huracanes, elevación del nivel del mar, sequía y desertización, las precipitaciones irregulares e inundaciones nos obligan a respetar y restaurar a la madre naturaleza, a la cual pertenecemos.
4. Por nuestra diversidad geográfica y biológica nos toca de todo: el norte tenderá a mayor sequía y el sur a más inundaciones. Sin embargo sin la participación activa en el manejo holístico de los recursos por parte de los ciudadanos, las medidas se tornan no sólo insuficientes, sino la pasividad y el escepticismo no les dará continuidad y congruencia. (5)
5. La ausencia de un proyecto nacional de ordenamiento territorial y uso de suelo, no sólo lleva a una sobreexplotación de acuíferos y agotamiento de suelos, sino a pérdida de la soberanía alimentaria, introducción velada de transgénicos y mayor vulnerabilidad en la salud y las enfermedades que antes no se presentaban ante la población.
Si bien la política oficial federal ha hecho gran propaganda, es una retórica política y situación simulada que da credibilidad al gran capital con sus Bonos Verdes. Coca, Bimbo, Walmart y demás ahora son ecologistas. La participación ciudadana comprometida se minimiza y se pretende superar el "fenómeno” como algo pasajero. Se promueven las nuevas medidas ambientales como oportunidad de “negocios” todo dentro del marco capitalista neoliberal. Nunca se señala con humildad el daño que hemos hecho a la Madre Tierra y la necesidad de replantear nuestra relación con ella.
Las nuevas formas de generación de energía limpia con baja producción de CO2 deben priorizarse: solar, eólica, geotérmica, biomasa e hídrica deben dejar atrás a la generación de electricidad y transporte público y privado de gas, carbón o hidrocarburos.
La participación en la construcción de los programa oficiales tiene limitaciones bajo el status quo imperante. Lo que hay que evitar es que se evada la responsabildad de la política encubridora, que cínicamente favorece a la oligarquía monopolista, y no toca a los dueños del capital. Paralelamente hay que tender redes de economías y poderes alternativos donde la participación y organización popular crezcan.
Hay que puntualizar lo que se debe restringir, lo que se obliga a reconvertir y lo que de plano es obsoleto.
En fin, tenemos mucho que construir desde el país. En el continente avanza el consenso por los Derechos de la Madre Tierra y se espera llegar a Cancún, en noviembre con la COP16, con una mejor correlación de fuerzas. La peor vulnerabilidad es la incapacidad ante el cambio, la mejor oportunidad es tocar fondo y trascender como especie hacia un nuevo estadio de desarrollo. www.ecoportal.net
José Rodríguez Macías - Secretario de Redes del Cubilete A.C.
Notas:
1. Fidel Castro. La verdad de lo ocurrido en la Cumbre. Reflexiones. La Jornada, 20 de diciembre de 2009.
2. Edgar Morin. La complejidad y la acción. Introducción al pensamiento complejo. Gedisa editorial. Barcelona 2007.
3. Entrevista al ministro Choquehuanca, diario La Razón. La Paz, Bolivia 31 de enero de 2010.
4. Cuarta Comunicación Nacional ante a Convención Marco de la ONU sobre cambio climático. INE/semarnat 2009.
5. Allan Savory. Manejo Holístico. Un nuevo marco metodológico para la toma de decisiones. Semarnat et al. México 199

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No hubo "mala praxis" entre los científicos del Climategate


Diario de León



La comisión investigadora independiente puesta en marcha por el Parlamento británico a raíz del llamado climategate, la supuesta tergiversación de datos sobre el cambio climático, ha absuelto a los científicos acusados del fraude. "No hemos encontrado una prueba de fraude deliberado", sostiene la comisión, aunque sí malos cálculos estadísticos.
El escándalo se inició el pasado octubre cuando unas piratas informáticos penetraron en varios ordenadores personales de la Universidad de East Anglia, centro de referencia mundial en las políticas de cambio climático, y colgaron en la red miles de mensajes supuestamente comprometedores. Según las acusaciones de los círculos escépticos, varios emails confirmaban que los científicos habían ocultado o modificado datos que contradecían las tesis oficiales sobre el proceso de calentamiento planetario. El entonces jefe de la unidad del clima en East Amglia, el reputado Phil Jones, fue el blanco de las críticas.
AVIVAR EL DEBATE
El caso avivó el debate mundial sobre si el cambio climático es un hecho constatable o simplemente un temor creado por unos científicos. En vísperas de la cumbre de Copenhague, el revuelo fue mayúsculo.
Ahora, no obstante, la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de los Comunes ha exculpado a los investigadores de una mala praxis deliberada, aunque destaca en sus conclusiones finales que "resulta sorprendente que una investigación en un área que depende tan estrechamente de métodos estadísticos no se haya llevado a cabo en colaboración con estadísticos profesionales".
MILES DE CORREOS
Tras analizar los miles de correos electrónicos y documentos de la universidad que fueron pirateados y que mostraron el "desorden" existente en la recopilación de datos, los expertos de la comisión independiente han concluido que "no existió intención de engaño" por parte de los científicos. Los errores, en definitiva, eran atribuibles a problemas estadísticos involuntarios.
El coordinador de la comisión investigadora, lord Ron Oxburgh, ha expresado su confianza en que el informe acabe con la sospechas acerca del caso que llevaron incluso a la dimisión de Jones como director de la unidad de cambio climático de East Anglia. Los estudios de la universidad británica son uno los referentes esenciales en el IPCC, el grupo de expertos de la ONU sobre cambio climático.
"No encontramos ninguna prueba de que los científicos intentaran engañar. Eso no significa que estemos de acuerdo con todas sus conclusiones, pero los investigadores hicieron su trabajo de forma honrada", ha sostenido Oxburgh. Una segunda investigación puesta en marcha por la propia universidad aún sigue abierta.


Fuente: http://www.diariodeleon.es/noticias/noticia.asp?pkid=520957

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