AIE: Hay petróleo suficiente como para acabar con el mundo



Por Gerardo Honty

El nuevo y esperado informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE) dice que aumentará el consumo de energía de todas las fuentes. Presenta dudas acerca del precio futuro del petróleo y de la capacidad para extraerlo. Y dice que todo esto hará aumentar la temperatura global en 6º centígrados. La pregunta es: ¿Quién vivirá para confirmarlo?
Como todos los años, la AIE –organismo de referencia mundial para los tomadores de decisión en temas energéticos en todo el mundo– lanzó el pasado 12 de noviembre su prospectiva mundial de energía (World Energy Outlook) hacia el año 2030(1). También como todos los años hubo gran expectativa, filtraciones a la prensa con datos desmentidos que luego se revelaron ciertos y la perspectiva de un futuro bastante oscuro.
“El sistema mundial de energía está en una encrucijada. Las tendencias actuales del suministro y del consumo de energía son claramente insostenibles, tanto desde el punto de vista ambiental como del económico y social. Estas tendencias pueden –y deben– ser modificadas; todavía hay tiempo para cambiar de rumbo”. Así comienza el informe.
Para esta agencia –dependiente de la OCDE, Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico- los dos desafíos más importantes para las próximas décadas son: “asegurar un suministro de energía fiable y asequible y pasar rápidamente a un nuevo sistema de suministro con bajas emisiones de carbono, eficiente y respetuoso del medio ambiente”.
Sin duda la pretensión de lograr a la vez todos estos objetivos, es mucho más que un desafío: requiere de un acto de magia. Sobre todo cuando el mismo organismo asegura que el petróleo seguirá siendo la principal fuente de energía en el mundo, pero tiene serias dudas de si habrá suficiente crudo como para abastecer la demanda y “hay una extremada incertidumbre” acerca de su costo de producción y los precios que puede alcanzar.
Crece, todo crece
Las previsiones de la AIE son que la demanda mundial de energía primaria va a crecer a un ritmo de 1,6% anual pasando de 11.730 millones de toneladas equivalente de petróleo a 17.010 millones, es decir un aumento del 45% para el año 2030. Este incremento es menor al 55% anunciado el año pasado por la misma entidad debido al aumento de los precios de la energía y la reducción del crecimiento esperado de la economía mundial. En el mismo sentido, la demanda esperada de petróleo es de 10 millones de barriles diarios menos que la prevista el año pasado. Ahora se espera un consumo diario de 106 millones de barriles en el año 2030.
El consumo de gas natural y carbón crecerán más rápidamente que el petróleo, a una tasa anual de 1,8% y 2% respectivamente. En el caso particular del carbón, el 85% del aumento de la demanda está originado en la generación de electricidad de China e India.
Más renovables, menos nuclear
Como habíamos adelantado en el número anterior del Suple, en el futuro la electricidad será menos nuclear y más renovable. “La proporción de energía nuclear en la demanda de energía primaria desciende ligeramente durante le período que abarca el Outlook, del 6% en la actualidad al 5% en el 2030 (su contribución a la producción de electricidad baja del 15% al 10%)”. “Las modernas tecnologías de energías renovables progresan con mayor celeridad sobrepasando al gas a partir del 2010 como segunda fuente principal de electricidad, después del carbón”.
Las fuentes renovables para la generación de electricidad (energía eólica, solar, geotérmica, mareomotriz) “crecen en conjunto en todo el mundo más que ninguna otra fuente, a un promedio de 7,2% anual en el período considerado en las proyecciones. …La proporción de las fuentes de energía renovables no hidráulicas en la producción eléctrica total crece del 1% en 2006 a 4% en 2030… En los países de la OCDE la producción de electricidad a partir de energías renovables aumenta más que la producción eléctrica de origen fósil y nuclear conjuntamente.”
Hay suficiente petróleo
Según el reporte el petróleo disponible en el planeta es todavía suficiente para soportar el aumento de la producción previsto más allá de 2030. Estima que las reservas probadas de petróleo y líquidos de gas natural oscilan entre 1.200 y 1.300 millones de barriles y que esto alcanza para abastecer un consumo como el actual durante los próximos 40 años. No obstante reconoce que “la mayor parte del aumento de las reservas procede de una revisión de las previsiones efectuadas en los años 80 en los países de la OPEP y no de nuevos descubrimientos”. Esta es una forma muy sutil de referirse a la fraudulenta manera en la que todos los pozos de la OPEP aumentaron repentinamente su contenido cuando la organización decidió establecer topes de producción a cada país de acuerdo a sus reservas. Esta maniobra permitió a muchos países participar con un mayor volumen de ventas en el mercado petrolero pero dejó muchas dudas -hasta el día de hoy- acerca de la veracidad de las reservas declaradas.
Pero cada vez menos
A pesar de estas afirmaciones y de los grandes descubrimientos como los de las aguas profundas de Brasil, sigue siendo más el petróleo que se consume cada año que lo que se encuentra. También el informe reconoce que las tasas de agotamiento son cada vez mayores. Es que los mayores pozos en actividad, lo están desde mediados de las décadas de 1970 y 1980. De acuerdo al fenómeno que ya hemos comentado en artículos anteriores del Suple del “pico” del petróleo, una vez que un pozo petrolero alcanza este momento máximo de producción diaria, ésta comienza su declive. Cuanto mayor es la reserva, más lento es su declive, es decir, su tasa de agotamiento. Como la mayoría de los pozos nuevos contienen menores reservas que los descubiertos en los ’70 y ‘80, se espera que a medida que vayan alcanzando el pico, entren en una caída más pronunciada que el actual declive de los pozos maduros, acelerando la tasa global de agotamiento de petróleo.
A pesar de todo, el informe asegura que hay miles de millones de barriles de crudo esperando ser descubiertos y explotados en zonas menos fáciles de acceder, así como petróleo no convencional y líquidos de gas natural. Sin embargo, muchos analistas han señalado que el informe no menciona el costo que tendrá el petróleo “por desarrollar” ni donde está el petróleo “por descubrir”.
Los pobres petroleros
Para los ciudadanos de muchos países del mundo, la presencia de petróleo en su subsuelo puede ser más una condena que una fortuna. La generación de riqueza no es suficiente para mejorar la calidad de vida de las personas si no va acompañada de sistemas económicos y de gobierno que aseguren su distribución entre la sociedad, como lo demuestra este reporte de la AIE: “En diversos países del África subsahariana abundan los recursos naturales de petróleo y gas, los cuales se espera que soporten un intenso crecimiento en la producción y las exportaciones en las próximas dos décadas. La producción de petróleo convencional en los diez principales países productores de hidrocarburos de esa región llegó en 2007 a 5,6 millones de barriles al día… Se calcula que los ingresos públicos procedentes de la producción de petróleo y gas (cobro de regalías e impuestos) en esos diez países ascendería en conjunto a unos 3,5 billones (2) de dólares... Pese a la riqueza de esos diez países la mayor parte de sus ciudadanos permanecen en la pobreza… Dos terceras partes no tienen acceso a la electricidad y tres cuartas partes no tienen acceso a combustibles limpios para cocinar y utilizan en cambio leña y carbón vegetal”. Según el reporte esto se solucionaría con apenas el 0,4% de los ingresos públicos derivados de la venta de petróleo y gas.
Más efecto invernadero
Otra cosa que no aclara el informe es como se conciliará su pronosticado aumento de emisiones de gases de efecto invernadero con los escenarios a futuro del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de Naciones Unidas (PICC). “El aumento previsto en las emisiones de gases de efecto invernadero en el escenario de referencia –dice el informe de la AIE– nos está llevando a duplicar la concentración de esos gases en la atmósfera a fines de este siglo, lo que conllevaría una elevación de la temperatura media del planeta hasta 6º centígrados… Las emisiones mundiales de dióxido de carbono relacionadas con la energía aumentan en un 45% …en 2030”.
Los informes publicados por el PICC el año pasado, señalan que un aumento de la temperatura por encima de los 2º centígrados llevaría al planeta a un desastre ambiental global sin precedentes y de dimensiones absolutamente desconocidas. Para eso, los tratados que en estos mismos momentos se están discutiendo en la ciudad de Poznan (Polonia) en el marco de la 14ª Conferencia de Cambio Climático, bregan por una disminución de un 80% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Y aparentemente esto se podría lograr con muy poco esfuerzo. Según este informe de la AIE que venimos comentando, el costo de reducir las emisiones para alcanzar una meta de aumento de la temperatura que no implique riesgos desde el punto de vista climático para la humanidad “equivalen al 0,55% del PIB mundial”.
Un cascabel para este gato
La frase final del informe es tan cierta que, viniendo de un organismo regenteado por los países más poderosos del planeta, resulta hipócrita: “Está al alcance de todos los gobiernos, tanto de los países productores como de los consumidores, el emprender una acción individual o colectiva destinada a dotar al mundo de un sistema de energía más limpio, más inteligente y más competitivo. El tiempo apremia y es hora de actuar.”
G. Honty es sociólogo e investigador en CLAES (Centro Latino Americano de Ecología Social) en temas de energía y cambio climático. Publicado en el Suple Energía de La Diaria, 5/12/08. Montevideo.
Publicado en: www.ecoportal.net

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