Piquete de arqueólogos al rally Dakar



Polémica por la carrera que se corre en la Argentina entre el 3 y el 18 de enero

Denuncian que la ruta pasará por encima de yacimientos de gran riqueza y que provocará un grave impacto ambiental.

Santiago Casanello
18.12.2008

Travesía. 82 camiones, 188 autos, 30 cuatriciclos y 230 motos recorrerán nueve mil km. Uno de los sitios arqueológicos en riesgo es la “aldea formativa enterrada” de Palo Blanco, en Catamarca, de 1.700 años (arriba,derecha)

Sobre el rally Dakar, que en la próxima edición se correrá en la Argentina y Chile, del 3 al 18 de enero, sólo se escuchan cosas positivas: que va a generar un impacto turístico formidable, que va a demostrar la capacidad del país para organizar grandes eventos deportivos, y que va a proyectar globalmente a esta parte del mundo. Sin embargo, no todo sería tan auspicioso: el patrimonio arqueológico de las provincias por las que pasa la traza de la competencia podría ser devastado. Así lo denuncia la Asociación de Arqueólogos Profesionales de la República Argentina (AAPRA). Desde la Secretaría de Turismo de la Nación, dicen que las preocupaciones son infundadas.

“No quiero pensar cómo van a quedar algunas zonas de riqueza arqueológica el día después de que pase el Dakar: este no es el rally cordobés, que es por huellas. Acá el 30% del trayecto va a ser a campo traviesa. Es una violación al patrimonio arqueológico nacional. Tristemente, el país se está vendiendo como una prostituta”, afirma, indignada, Norma Ratto, presidente de AAPRA. Por dónde van a rugir los motores de los 82 camiones, 188 autos, 30 cuatriciclos y 230 motos que participarán de la carrera es un secreto de Estado que sólo conocen la empresa organizadora, las fuerzas de seguridad y las autoridades nacionales y provinciales.

Al Instituto Nacional de Antropología le dieron a conocer la traza recién el lunes, por lo cual es prácticamente imposible que, en quince días, los arqueólogos de dicha institución puedan estudiarla en profundidad. Lo que más preocupa son las llamadas “zonas ciegas”, es decir, territorios que aún no fueron explorados pero que podrían albergar patrimonio arqueológico. Vivian Scheinsohn, arqueóloga, explica: “En áreas ciegas puede causar mucho perjuicio. Si ya una 4 x 4 ocasiona un impacto fuerte, esto hay que multiplicarlo por quinientos. Todo lo que es Patagonia y Noroeste son zonas de mucha riqueza arqueológica. Los vehículos no es que vayan a pasar sí o sí por ruinas pero, con que pasaran sobre restos de cerámica y los hicieran trizas, ya perderíamos algo muy informativo”. Por ejemplo: se prevé que la carrera pase cerca o sobre las dunas de Tatón, en Catamarca, un lugar donde aparecieron cementerios indígenas que la arena había escondido.

En la Patagonia, también hay señales de alerta. “El Sur es un gran yacimiento arqueológico y paleontológico. En el caso de los cazadores-recolectores, tenían una movilidad muy alta y un uso extensivo del espacio, por lo tanto podemos encontrar evidencias de sus ocupaciones en distintas topografías”, señala Julieta Gómez Otero, arqueóloga del Centro Nacional Patagónico con sede en Puerto Madryn. “El Dakar va a pasar por la meseta de Somuncurá (Río Negro), donde hay manifestaciones rupestres, tumbas y estructuras de piedra que pudieron haber sido parapetos”, agrega Gómez Otero. Para la AAPRA, el Dakar violaría el artículo Nº 41 de la Constitución Nacional, donde se proclama un desarrollo sustentable, el artículo Nº 2 de la Ley General de Ambiente (Nº 25.675/02) donde se establece la política ambiental nacional, la Ley Nacional (Nº 25.743/03) de Protección de Bienes Arqueológicos y Paleontológicos, y las respectivas leyes provinciales sobre esta temática. En la vereda opuesta, la historia que cuentan desde la Secretaría de Turismo de la Nación es diametralmente distinta. Leonardo Boto Álvarez, a cargo en la Secretaría del Dakar, refuta cien por ciento la posición de la comunidad arqueológica. Dice Boto Álvarez: “La empresa organizadora, ASO (Amaury Sport Organization), presentó a mediados de año un estudio ambiental que incluía riesgo arqueológico y fue aprobado por todos los gobiernos provinciales. Además, antes de determinar el trazado, se consultó a la Secretaría de Ambiente. Lo último que haríamos es pasar por áreas protegidas o arqueológicas. Ése no es el espíritu del Dakar. Me llama mucho la atención la virulencia de las críticas”. Gómez Otero no coincide: “Acá no se convocó a ningún arqueólogo, somos pocos y nos conocemos todos, los arqueólogos chilenos también están desesperados”.

El Dakar se correrá en el Cono Sur por el temor a sufrir atentados en África. La partida y la llegada serán en la ciudad de Buenos Aires, atravesará diez provincias (Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, La Rioja, Catamarca, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Chubut, La Pampa) y Chile, en un total de 9.000 km.

Fuente: http://www.criticadigital.com/

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